miércoles, 1 de octubre de 2014

El video de dos minutos de tu teléfono móvil se perderá en algún disco duro
























Nuestro tiempo es prisa. Uno baña los niños mientras 
otro se afeita mientras otro salpica los ritmos 
de las palabras sobre las otras cabezas...  
Y todos, al unísono, nos ponemos de acuerdo 
para escenificar la partida hacia alguna parte.
Atrás quedaron, muertas, las ingentes cantidades 
de precisos instantes, las minúsculas amalgamas 
de pequeñas imágenes neutras; las pocas cosas 
que poco duran en la importancia 
de nuestras delimitadas consciencias.
Si rebobinásemos la cinta, se nos antoja,
no hallaríamos materia memorable para escribir 
ni una sola página.