sábado, 22 de enero de 2011

Cuánto le puedes pedir a un hombre (Walden Dos)


–¿Cuánto le puedes pedir a un hombre? –continuó, mirándome con impaciencia–. Impútame lo que he hecho o he dejado de hacer, como te parezca, pero no me exijas perfección. ¿No es suficiente que haya hecho a otras personas simpáticas, felices y productivas? ¿Por qué esperas que me parezca a ellas? ¿Por qué debo poseer las virtudes que he demostrado que son las más adecuadas para una sociedad bien ordenada? ¿Debo mostrar los intereses, habilidades y espíritu abierto que he sabido engendrar en otros? ¿Debo colocármelos encima como un estúpido maniquí? Al fin y al cabo, la emulación no es el único principio educativo... ¿Tiene el médico que compartir la salud de su paciente? ¿Debe el ictiólogo nadar como un pez? ¿Tiene que estallar el fabricante de fuegos artificiales? (...)
La estructura social a la que aspiramos tiene que esperar a que la construyan los que hayan tenido una herencia plena de Walden Dos. Vendrán, no hay que temer, y los demás pasaremos a un olvido bien merecido..., como vasos que se estropean al construirlos.

Walden Dos (B.F Skinner)
Mr. ediciones (2009)


lunes, 17 de enero de 2011

Malos hábitos

Fotografía de Mari Luz Arregui



MALOS HÁBITOS
Ya está.
Se acabó.
La noche se abate
mientras despuntan los primeros rayos del Sol
y de repente
no sé qué hacer con este humo;
dónde esconderlo
de las miradas rancias que lo enjuician todo.
Quiero pensar que esos haces de luz
alumbrarán un nuevo amanecer
y que los hombres no estarán cansados
para presidir los nuevos tiempos.
Quiero y deseo imaginar todo eso
aunque, por otra parte, me tema lo peor.
Esto es un horrible hervidero de alambres
donde la más políticamente correcta
de todas las cárceles
imprime temor con su sello de caucho.
Y te digo, ya a salvo, que sé cuál es mi reino
y que en él todavía me dejan fumar.